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Los animales: actores entre nosotros

  • Foto del escritor: Blog historia animal
    Blog historia animal
  • 26 sept
  • 4 Min. de lectura

Imagen tomada de Pinterest.
Imagen tomada de Pinterest.


La enunciación de los animales en las Ciencias Sociales por lo regular es desde el ámbito biológico y utilitarista, tratando de entenderlos a partir de una visión antropocéntrica de su vida. Sin embargo, la atención plena a las formas de comportarse de esos otros seres vivos, que parecen tan distantes a las del ser humano, devela nuevas perspectivas interpretativas sobre hechos sociales representativos para la humanidad. Así, pues, es posible pensar a los animales como protagonistas y agentes de la historia, es decir, como actores “influenciados”, dominados y esclavizados por el ser humano para participar en sus múltiples hechos sociales; y a su vez, con la “capacidad de actuar o de intervenir en el mundo de manera autónoma” (Cabrera, 2025, p. 105). 


Capacidad de agencia animal


Según la literatura tradicional, la palabra agencia denota una causalidad entre pensamiento y acción, características atribuibles a lo humano y desde la cual se evalúa y define la agencia animal. Sin embargo, desde una nueva ola de pensamiento deconstructivista el concepto de agencia debe descentralizarse de lo humano y animal, pues oculta y reduce a dos espectros una diversidad de agentes y formas de accionar. 


De acuerdo con Ernesto Cabrera (2025), la agencia hace parte de los procesos evolutivos de los seres vivos y de la identidad histórica donde se pondera al humano, reduciendo la capacidad de actuar del animal a la tendencia maquinal y sentimental. Se reduce la acción del animal a instintos y condicionamientos de su entorno. Por un lado, el animal muestra su accionar en su hábitat y con sus congéneres por medio del juego y la competencia (Cabrera, 2025), propia de la vida silvestre; y por el otro, su actuación se despliega debido a procesos de domesticación y aislamientos civilizatorios. En contrasentido, tendencias más actuales, reconocen el encierro del animal en la dimensión de sintiencia y sufrimiento, avocando al deber de la protección humana. 


Así las cosas, la posibilidad del desarrollo de la agencia animal debe tener: a) un enfoque ético, donde el humano no influya en el accionar de estos seres vivos; b) ser equitativo, al reconocer las particularidades de los animales; y c) ser solidario, al ver a los animales como compañeros e integrantes del universo merecedores de respeto y consideración, dejando, así, de mascotisarlos y de proyectar el “yo” en ellos.         


La invención de los animales


Dentro de los procesos de intervención y de influencia humana hacia los animales durante el siglo XIX se desplegó  “la invención de los animales”. De acuerdo a Blanca Irais Uribe Mendoza (2015) este término corresponde a la necesidad que tenía la ciencia de consolidar la disciplina científica de la veterinaria en México. Para ello, estructuró instrumentos, normas y perspectivas frente a los animales, especialmente los domesticados (Uribe, 2015). Entonces, los animales tienen historia científica, natural y social, al ser cosificados por el ser humano en nombre de la ciencia (Uribe, 2015) y bajo la sábana del cuidado y la protección animal.   


Uribe (2015, p. 1394) explica que “la invención de los animales, […] [es] un conjunto de prácticas, fenómenos y teorías que otorgan nuevas características cualitativas a los animales”, el cual se desarrolla en un “tiempo, espacio y producción de conocimiento”, pues los seres humanos creamos formas de “apropiarnos y relacionarnos” con los animales (Uribe, 2015, p. 1392). En estas circunstancias, la fauna ha sufrido una transformación biológica y conceptual mediada por las ideas del ser humano en favor de sus necesidades. 


Cuidado animal: un caso a estudiar


La preocupación por el bienestar animal se observa desde la antigüedad hasta ahora, por medio de la implementación de prácticas artesanales o tecnológicas que ayudan en ese proceso. Si bien, en principio, el desarrollo del cuidado pudo estar orientado a salvaguardar a la fauna por ser instrumentos de trabajo o productos para el bienestar humano; los cambios culturales, ambientales y de la salud, entre otras aristas, llevaron a la disminución de esa visión en la actualidad, pensándose a los animales como seres merecedores de respeto, protección, justicia y derechos. 


A la nueva percepción del animal, se le suman los cambios sociales en relación al género, las mujeres van adquiriendo autonomía y derechos que las llevan a preguntarse por su concepción como mujer en la sociedad. En esa situación, se comienzan a plantear formas de construcción familiar más allá de la clásica parentela nuclear, visibilizando a los animales, que si bien, habitaban el hogar y tenían como función la seguridad de sus habitantes; ahora se les reconoce como miembros de la familia con capacidad cognitiva y de sentir. 


Así, a los animales domesticados, mascotas o animales compañeros, como perros y gatos, se les nombra como “perrhijos” o “gathijos”. Circunstancia que motiva por igual la explotación de nichos de mercado, la humanización de la fauna y la creación de leyes que los protejan. Lo expuesto puede verse como un avance en la consideración cultural y social de la fauna, aparentemente positiva; sin embargo, ha aumentado la tendencia a mascotisar a la fauna silvestre, lo que puede traer desequilibrios en los ecosistemas como consecuencia del traslado de especímenes.      


Reflexiones finales


Los animales son actores poco reconocidos en la Historia Social, pues aunque se les ha hecho visibles como objetos y productos del ser humano, se les ha negado por lo general su capacidad de agencia y de sintiencia. Por lo tanto, se presenta la necesidad de relatar la vida desde una óptica multiespecie para con ello, seguir adelantando los procesos de descubrimiento de la existencia animal con enfoque social. Se precisa, no obstante, tener los sentidos abiertos para apreciar y desafiar la existencia más allá de lo concebido. 


Bibliografía: 


Cabrera García, Ernesto (2025). La agencia de los animales no humanos. Un mapa de la cuestión. Revista de Filosofía, 57(158), 102-132.


Uribe Mendoza, Blanca Irais (2015). La invención de los animales: una historia de la veterinaria mexicana, siglo XIX. História, Ciências, Saúde-Manguinhos, 22(4), 1391-1409.



María José Rivadeneira Aramburo, Socióloga de la Universidad del Valle y periodista de la Academia de Comunicación y Locución Jaime Echeverry Loaiza, Cali, Colombia.  


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